Poemas - Composición 1
¿Qué tienes que hacer?
Corre a Él.
¿No puedes ver? ¿Ya no puedes entender?
Corre a Él.
¿La tristeza te atrapó y el vacío te inundó?
Corre a Él.
¿Necesitas cambiar? ¿Quieres volver a empezar?
Corre a Él.
El amor lleva su nombre. El perdón está en Él.
La gracia de Él proviene. Y la vista que Él provee es más alta.
No se ven los desiertos como arena, se ve lo pequeño que es comparado al prado.
Se ve el camino que falta para alcanzarlo, y lo cerca que estamos de lograrlo.
¿Quieres poder verlo también?
Corre a Él.
El amor lleva su nombre. Y sus brazos te guían a sus hombros, donde puedes descanzar.
¿Quieres volar? Él te da alas para poder volar, como las águilas, sobre tormentas y desiertos.
Sobre caminos pedregosos y sienágas, sobre pantanos y huesos secos.
¿Quieres vivir? Él no da la vida pasajera.
Él te da una vida eterna, el sopla vida con su aliento, y lo que el aviva nadie puede secar.
El amor lleva su nombre. El perdón está en Él.
La gracias de Él proviene. Él es quien provee.
De Él todo provee. Nada escapa de su control.
Él es quien reina. Y es quien siempre gana.
¿Quieres llorar?
Corre a Él.
¿Quieres gritar?
Corre a Él.
¿Quieres vencer?
Corre a Él.
Él no te da una victoria pasajera. No se rige por los límites humanos.
Sus ojos no están atados al presente, el tiempo no lo determina.
Y un día nuestros ojos verán lo que antes no podían. Y reconocerán, lo que antes negaban.
Porque a imagen y semenjanza de un Rey fuimos hechos. No pertenecemos al mundo, el mundo fue hecho para nosotros.
No fuimos creados para ser esclavos, fuimos creados para ser valientes y fuertes.
Llegará el día en que estaremos con Él, cara a cara, y nada nos volverá a separar.
El amor lleva su nombre. Él es Dios. Padre, Hijo y Espíritu.
Corre a Él.
¿No puedes ver? ¿Ya no puedes entender?
Corre a Él.
¿La tristeza te atrapó y el vacío te inundó?
Corre a Él.
¿Necesitas cambiar? ¿Quieres volver a empezar?
Corre a Él.
El amor lleva su nombre. El perdón está en Él.
La gracia de Él proviene. Y la vista que Él provee es más alta.
No se ven los desiertos como arena, se ve lo pequeño que es comparado al prado.
Se ve el camino que falta para alcanzarlo, y lo cerca que estamos de lograrlo.
¿Quieres poder verlo también?
Corre a Él.
El amor lleva su nombre. Y sus brazos te guían a sus hombros, donde puedes descanzar.
¿Quieres volar? Él te da alas para poder volar, como las águilas, sobre tormentas y desiertos.
Sobre caminos pedregosos y sienágas, sobre pantanos y huesos secos.
¿Quieres vivir? Él no da la vida pasajera.
Él te da una vida eterna, el sopla vida con su aliento, y lo que el aviva nadie puede secar.
El amor lleva su nombre. El perdón está en Él.
La gracias de Él proviene. Él es quien provee.
De Él todo provee. Nada escapa de su control.
Él es quien reina. Y es quien siempre gana.
¿Quieres llorar?
Corre a Él.
¿Quieres gritar?
Corre a Él.
¿Quieres vencer?
Corre a Él.
Él no te da una victoria pasajera. No se rige por los límites humanos.
Sus ojos no están atados al presente, el tiempo no lo determina.
Y un día nuestros ojos verán lo que antes no podían. Y reconocerán, lo que antes negaban.
Porque a imagen y semenjanza de un Rey fuimos hechos. No pertenecemos al mundo, el mundo fue hecho para nosotros.
No fuimos creados para ser esclavos, fuimos creados para ser valientes y fuertes.
Llegará el día en que estaremos con Él, cara a cara, y nada nos volverá a separar.
El amor lleva su nombre. Él es Dios. Padre, Hijo y Espíritu.

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