Reflexiones: La bondad de Dios. Su gracia y su misericordia en tiempo de crisis

Reflexiones: La bondad de Dios. Su gracia y su misericordia en tiempo de crisis

Extracto del libro: "El caso de la Fe" de Lee Strobel.

UN OSO, UNA TRAMPA, UN CAZADOR Y DIOS.
Enfrentando a Kreeft con la misma intensidad emocional que me demostró Templeton, describí la fotografía y luego cité palabra por palabra lo que dijo el ex evangelista:
Pensé: "¿Es posible creer que hay un Dios amoroso y preocupado Creador cuando lo único que esta mujer necesitaba era lluvia? ¿Cómo un Dios amoroso le haría esto a esa mujer? ¿Quién controla la lluvia? Yo no, ni usted tampoco. Él sí... eso era lo que creía. Sin embargo, cuando vi esa fotografía, de inmediato supe que no era posible que esto pasara si existía un Dios amoroso. De ninguna manera. ¿Quién más que un demonio destruyó a un bebé y casi mata a su madre con agonía cuando lo único que se necesitaba era lluvia?... Después comencé considerando las plagas que pasaban a través de partes del planeta matando indiscriminadamente... Y comprendí con la claridad de un cristal que no es posible para una persona inteligente creer que hay una deidad que ama."

Levanté la vista de mis notas. Los ojos del profesor estaban clavados en mí. Lo enfrenté con firmeza, me incline hacia delante en mi silla para enfatizar y dije más bien en un tono acusador:
- Dr. Kreeft, usted es una persona inteligente y cree en una deidad que ama. ¿Cómo le contestaría a Templeton?

Kreeft aclaró su garganta.
- En primer lugar -comenzó-, me enfocaría en sus palabras: "No es posible". Hasta David Hume, uno de los más escépticos de la historia, dijo que es apenas posible que Dios exista. Esa al menos es una posición razonable: decir que hay siquiera una pequeña posibilidad. Sin embargo, decir que no hay posibilidad que un Dios amoroso que sabe mucho más que nosotros, incluyendo nuestro futuro, facilitaría tal maldad como la que Templeton vio en África... bueno, eso me parece una arrogancia intelectual.

- ¿De veras? -pregunté asombrado-. ¿En qué forma?

- ¿Cómo puede un simple y finito humano estar seguro de que la infinita sabiduría no toleraría ciertas maldades de corto alcance a fin de obtener bienes a largo alcance que no vislumbraríamos? -preguntó.

Veía su punto de vista, pero necesitaba un ejemplo.
- Elabore un poco -estimulé.

Kreeft pensó por un momento.
- Mírelo de esta forma -dijo-. ¿Estaría de acuerdo que la diferencia entre nosotros y Dios es mayor que la diferencia entre nosotros y, digamos, un oso?

Afirmé con la cabeza.

- Bueno, pues imagínese a un oso en una trampa y a un cazador que, por lástima, quiere liberarlo. Trata de ganarse la confianza del oso, pero no lo puede hacer, así es que tiene que tiene que inyectarle un narcótico. El oso, sin embargo, piensa que esto es un ataque y que el cazador quiere matarlo. No se da cuenta de que esto lo hacen por compasión.
Entonces, a fin de sacar al oso de la trampa, el cazador tiene que empujarlo más adentro de la trampa para soltar la tensión del resorte.
Si el oso estuviera medio consiente, en ese momento estaría todavía más convencido de que el cazador es su enemigo que procura causarle sufrimiento y dolor. Sin embargo, el oso estaría equivocado. Llega a esta falsa conclusión porque no es un ser humano.

Kreeft dejó que la ilustración penetrara por un momento.
- Ahora -continuó-, ¿cómo puede cualquier persona estar segura que no hay una similitud entre nosotros y Dios (como con el oso y el cazador)? Creo que a veces Dios hace lo mismo con nosotros y no comprendemos el por qué lo hace más que de lo que el oso comprende la motivación del cazador. Así como el oso debió haber confiado en el cazador, también nosotros debemos confiar en Dios.



Este fragmento parece interesante de compartir. Al leerlo, pienso que podemos hacernos una idea de cómo la gracia, misericordia y bondad de Dios opera en todo momento.
Nos da un enfoque más realista y un contexto para que podamos tratar de pensar en cómo son las cosas en realidad.
No debemos olvidar que Sus caminos son más que nuestros caminos y sus pensamientos más que nuestros pensamientos.

"Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos."
Isaías 55:8-9 (RVR1960)


Dios no está dormido. Él está obrando. Aunque muchas veces en medio de la lucha no podamos verlo, Él está con nosotros. Podemos afrontar situaciones difíciles, los creyentes no estamos exentos a las cosas de la vida, pero la gran diferencia radica en que no tenemos que hacerlo solos. No estamos solos. No peleamos sólos.
Josué 5:13-15.
Basta con parar un segundo, por un momento, de nuestro ajetreado ritmo de vida. Inhalar ondo, y mirar a nuestro alrededor. Todo es gracia, vivimos rodeados de favores y bendiciones, de pequeños milagros cotidianos.
Muchas veces no podemos verlo, porque no nos tomamos un minuto para verlo: respirar, poder vivir un día más, tener seres queridos, tener alimento para subsistir, conocerlo, son bendiciones. Son regalos. Son obsequios, cada día, cada segundo, cada momento, es una nueva oportunidad de concretar sueños, una nueva posibilidad de levantarse y luchar. De llorar. De pelear la buena batalla, y de hacerlo de la forma correcta. De reir. Y disfrutar.
Cuando pienso en que Dios aún hoy, a pesar de todo, nos sigue amando. Cuando veo que sigue esperando por nosotros. Cuando veo que quiere despertarnos y llamarnos. Incluso hoy en día, en medio de esta pandemia global, Él sigue siendo fiel. Hay mucho más de lo que podemos saber y entender. Hay más cosas que sólo Dios conoce. En estos tiempos, más que nunca, puedo ver que el pueblo de Dios se une en un clamor de misericordia, de propósito, de fe. Hoy veo que comenzamos a buscarlo más que nunca, fuimos despertados como generación para interceder por nosotros, por todos. No digo que no suframos porque hay personas que sufren, digo que es momento de interceder por ellos, de levantarnos como hijos e hijas de Dios y responder al llamado. Ayudar, bendecir, ser la respuesta de alguien, ser quienes lleven paz a otros, quienes animen a otros, quienes consuelen a otros. Porque hay vida más allá de esta, hay una vida eterna para aquellos que aman a Dios.
Si pensamos detenidamente, el Señor nos sigue guardando de muchas cosas, cosas que jamás sabremos. Para mí éstos son pequeños milagros que se realizan a nuestro favor día a día. Quizás nunca lleguemos a apreciarlos, porque nuestros ojos no pueden verlos...

Tenemos un sustento. Así que ten la certeza de que todo lo que pase operará a tu favor, a nuestro favor. Ten por seguro que siempre tenemos a alguien que acude en nuestro socorro, que sabemos que va a responder a su tiempo.

No te desanimes, veremos Su Gloria. Ten fe, esfuérzate y sé valiente. Cierra los ojos por un momento y piensa en todo lo que tienes. Abre los ojos y mira todo lo que te rodea, mira donde están tus pies y el lugar en dónde estás.
Presta atención y verás su amor en todas partes. Verás Su Gracia, verás Su Misericordia, Su Perdón y Su Bondad sin limites.
Abre tus ojos y mira con atención. Y lo verás.

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