Reflexiones: Hasta dónde...
Hasta dónde...
Hasta dónde...¿Cuánto más bajo necesitamos ir? ¿Te lo haz preguntado?
¿Qué tan lejos iremos... qué tanto intentaremos alejarnos de la Gracia?
Ayer me puse a pensar seriamente en esto. ¿Cuántas veces necesitamos llegar a los peores extremos para voltear a ver a Dios Padre, y enfocarnos en Él? ¿Cuántas veces chocaremos contra el muro antes de poder verlo? ¿Qué tanto seguiremos antes de despertar?
Muchas veces Dios necesita llevarnos a extremos, para poder rescatarnos. Y eso es triste. Él se entristece, porque nos ama y sus pensamientos para con nosotros son de bien y no de mal.
Nuestra necesidad, nuestra falta de "tiempo" (incluso en estos momentos de cuarentena), nuestro "bueno, hoy ya no, mejor mañana", nuestro "después", nuestro "lo haré" en vez de lo hago ahora... lo lastiman.
Nuestra terquedad, nos hace pasar por muchas dificultades, que serían muy distintas si dependieramos de Él.
Mi corazón se quebrantó al pensar en que a pesar de que nada poseemos, a pesar de que todo es Gracia, nos manejamos en la vida como si el tiempo fuera nuestro, como si nuestra vida nos perteneciera.
Seamos honestos, fuimos creados a su imagen y semejanza, se nos dió la posibilidad de decidir, de elegir. A pesar de que Él sabía lo que pasaría con nosotros, aún así, su amor fue más grande, Él nos amó primero, antes que nada, y a pesar de saber que lo abandonaríamos, que nuestros antepasados pecarían contra Él... aún así decidió crearnos. Porque Él...decidió amarnos.
Fuimos hechos hijos por Amor y por Gracia.
Fuimos salvados por Amor.
Fuimos perdonados por misericordia.
Y aún a pesar de saberlo, muchas veces vivimos como si nosotros hubieramos pagado nuestro propio precio. A precio de sangre fuimos libres, a precio de látigo, de clavos desgarrando la piel y la carne, a precio de la vida del único inocente.
Nada es por nosotros, todo es por Él. Y por amor, Él es por nosotros.
¿Quién como nosotros?
El Creador de los Cielos y la Tierra, es por nosotros.
Voltea tu rostro a los cielos. Mientras aún se puede. Porque llegará el momento en que el tiempo de la Gracia termine. Vuélvete a Dios, no por compromiso, no sólo por cumplir, no sólo porque crees que es lo correcto y tu rutina, no sólo porque es lo que te enseñaron, no sólo porque Él siempre te ayuda, sino porque Él es Dios, y Perfecto, y Bueno. Porque Él todo lo tiene, todo de Él proviene, y aún así Él nos quiere. Él nos eligió, a pesar de nuestros pecados y rebeliones, Él aún nos ama.
Vuélvete a Él y búscalo, porque así lo decides. Búscalo por gratitud, por su amor, por la Cruz. Por todo lo que ha hecho por nosotros a pesar de no merecerlo. Búscalo por amor, y no te detengas.
No te conformes con conocerlo. No te conformes con "estar bien" con Él. No permitas que la comodidad te detenga, te frene de buscarlo en cada oportunidad, porque Él es Dios en lo desconocido y conocido, porque las cosas que ni ojo vió ni oído oyó, de Él vienen. Porque es un Dios de Maravillas, de lo Extraordinario, de lo Desconocido. Él conoce todos lo que para nosotros son misterios. Él es infinito y eterno. Cuánto más lo busques, más lo conocerás. Él no tiene fin.
Así que no te dentengas. No te pierdas en el ruido. No te distraigas en la rutina.
Haz de Él tu universo. De Jesús tu camino, tu amigo.
Sigue en pos de Él.

Comentarios
Publicar un comentario