Reflexiones: No lo menosprecies

No lo menosprecies

No lo menosprecies. No pienses como todos lo hacen, no te guíes por impulso solamente, ni por necesidades que no son realmente tan importantes como crees.

Génesis 25:27-34 - "Esaú vende su primogenitura"
Y crecieron los niños, y Esaú fie diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas. Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob.
Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom. Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.


Me pregunto cuanto se habrá arrepentido Esaú de esa acción más tarde. Por un puñado de lentejas y pan, vendió su primogenitura. La tomo como si nada fuera, no supo apreciar el valor de lo que tenía.
Por no ir y trabajar por eso, por estar cansado, y no ir y prepararse algo, o aguardar unos momentos, perdió algo valioso, que jamás pudo recuperar.
¿Cuántas veces hemos hecho eso? ¿Cuántos momentos hemos perdido, momentos que no volverán, respuestas hacia circunstancias, hechos, que no podemos cambiar?
Ya no lo hagas más. No desprecies lo que Dios te dió. No cambies las perlas por canicas de plástico.
Deja de mirar a tu lado, deja de mirar qué tienen otros, deja de mirar los tiempos que acontecen a otros, porque Dios no nos llamó a ser iguales los unos a los otros, nos llamó a ser como Jesús. Nadie hay cómo Él, Él fue único, y descendió y se hizo hombre para cumplir con el propósito del Padre.
Deja de menospreciar tu "primogenitura" por tener cosas que otros tienen. Por cosas del momento.
No cambies las cosas de Dios, por cosas vanas. Recuerda que estamos de paso en esta tierra. No lo olvides, no menosprecies tu eternidad por vanalidad.
Abre tus ojos y mira. En estos tiempos, Dios se está revelando. Está rompiendo las vendas de la rutina y la "normalidad", e instalando su Gloria sobre todos sus hijos.
Nos despierta, y nos hace ver, nos dice que es tiempo. Que es tiempo de dejar de menospreciar la Gracia, y aferrarse a ella. Que es tiempo de sembrar para cosechar, no de comer de las migajas del mundo; porque Él no nos tiene preparadas migajas en el Cielo, sino que nos ha preparado un lugar en su mesa, en la mesa del Rey.

Entonces, ¿qué decidirás?
¿Venderás tu también tu "primogenitura"? ¿Le darás al mundo tu eternidad con Dios por placeres vanos? ¿Menospreciarás este tiempo de Gracias que el Señor nos regala? ¿Menospreciarás la presencia del Padre?

Le pido a Dios que no nos deje hacerlo. Que mientras aún es tiempo de Gracia, podamos aferrarnos a Él. A sus promesas, a su Palabra, a su Amor, a su Gracia. A Él, y no soltarnos ya jamás.
Pido a Dios para que no nos permita volver a menospreciar por nada tu "primogenitura", esa que Dios te dió. No menosprecies los tesoros que Él te dió. Tu "primogenitura" puede ser cualquier cosa que Él te haya dado a Ti. Que Él te haya obsequiado. No la menosprecias, no la tomes por baja estima, y no la malgastes.
Tu "primogenitura" también es el maravilloso obsequio de poder ser llamados hijos de Dios, por medio de Jesús. No lo ocultes, no lo menosprecies, no lo tomes por baja estima.




Que Dios te bendiga, y que su Presencia esté sobre Ti en todo momento y en todo lugar.
Gracias Padre, por tus bendiciones inmerecidas, por tu Gracia y por tu Amor.

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